Podría decir, sin mentir, y totalmente convencida que leer me salvó. Me salvó la cabeza, me salvó la vida ... me salvó de mi misma.
Estoy acostumbrada a entrar y salir de lugares oscuros dentro de mi mente, a veces me quedo mucho tiempo ahí, a veces no sé como salir, hubo una gran parte de mi vida donde los libros siempre estuvieron ahí para rescatarme. Para forzarme a vivir otras vidas, para conectar con otras emociones, para hacerme soñar.
¿Entienden lo poderoso qué es que algo te haga SOÑAR?. Eso es leer para mi.
Cerrar los ojos, hacer que lo oscuro no sea tan oscuro, y soñar.
Leer me ha hecho conectar con emociones y pensamientos que casi toda mi vida negué, de los que hui. Pensamientos y sentimientos que me alejaban de los demás y de mi misma, porque me sentía ajena, incomprendida, el bicho raro. Con los libros y la música entendí que no estoy sola, que no soy la única persona que sufre. El encontrar personajes que me hagan entenderme a mi misma, cuestionarme y querer crecer ha sido clave en que hoy esté en este mundo.
¿Cómo si la lectura me hacía tan bien estuve dos años sin tocar una página? no lo sé, supongo que puedo echarle la culpa a mi salud mental. Llegó un punto que conectar con personajes destrozados me hacía mal, no quería ser la rota. Era una realidad que me chocaba con la fuerza de mil mares, me confundía, mareaba y ahogaba.
Quizás es un pensamiento inmaduro, pero en su momento no pude manejarlo, el conectar con emociones negativas a través de la lectura me hacía mal. El sentimiento de que después de la tormenta sale el arcoiris, también me hacía mal, no veía esa luz en mi vida.
Año nuevo, vida nueva dicen. No estoy segura de que sea así, pero me gusta apoyarme en que el universo trae nuevas energías, oportunidades, o quizás simplemente dimos una vuelta al Sol, aunque tampoco es poca cosa.
Este año logre leer un libro. Un libro cliché, con amor oscuro y personajes no muy bien construidos, pero logré leerlo. Logré engancharme, y eso después de ser incapaz por setecientos treinta días significa un mundo para mi.
Hoy me puse un nuevo desafío, leer un libro que me haga conectar con mis propias heridas, no espero salir ilesa, pero si tomar las buenas reflexiones que me deje la autora a través del personaje, y eso, para mi, es mucho. Es un paso más para sanar.
No sé si a alguien alguna vez le paso esto, sea con la lectura, u otro pasatiempo que le haga bien, pero como recomendación personal y aprendizaje en este largo camino, no se rindan, no suelten eso que les hacia bien por sentirse perdidos y apáticos.
Luchen.
Encuéntrense con ustedes mismos, no importa cuanto tarden. Todo es camino.
Quizás al final si hay una luz, merecemos perseguirla hasta encontrarla.